Editorial 10/07/2012
La mujer y el hombre pertenecen a lo que algunos llaman todavĂa ‘clase mediaÂ’. Ambos, con un ingreso que les permite vivir dignamente, sin excesos, sin derroche. Ella docente y Ă©l, empleado administrativo provincial. Su situaciĂłn ha mejorado en los Ăşltimos años. Han accedido a bienes de consumo y materiales que les habĂan estado vedados durante dĂ©cadas. Sus salarios han aumentado y sus expectativas tambiĂ©n.
Nunca “putearon” a Néstor o a Cristina, ni a Scioli ni a Mariotto. Ni a Moreno. Ni a los jóvenes de “La Cámpora”. Nunca “putearon” al Gobierno. No cacerolearon ni participaron en piquetes o cortes de ruta. Nunca repitieron lo que escucharon repetir a otras bocas: “Se están quedando con la Caja, con la plata de los jubilados”; “son todos ladrones”, “el dólar llega a los 8 pesos en cualquier momento” o “La yegua puta se cae” o “el inmobiliario rural subió el 600 por ciento”.
Es decir, nunca repitieron sandeces, profecĂas sin fundamento o manifiestas imbecilidades y siempre trataron de mantener el equilibrio.
Cuando observaban por TV esos “cacerolazos” y luego tenĂan posibilidad de participar en alguna discusiĂłn con quienes aprueban la utilizaciĂłn de ese utensilio de cocina para esos menesteres callejeros, les preguntaban en voz muy baja: “Che, Âży si en lugar de cacerolas prueban con las urnas?” y se retiraban sin gritos ni peleas. Dejaban el interrogante y seguĂan con su vida.
El hombre y la mujer creĂan, como muchos creen, que en muchas cuestiones, muchĂsimas, el Gobierno nacional habĂa hecho las cosas bien. Que mucha, muchĂsima gente habĂa mejorado su nivel de vida. Que muchos habĂan conseguido empleo, empleo digno. Que el rol del Estado debe ser activo y regulador y que ello habĂa iniciado un proceso inclusivo.
Les habĂan dicho tantas veces “kirchneristas” de manera insultante que ya estaban acostumbrados. Y reiteraban: “Si ser kirchnerista es acordar con varias de las polĂticas aplicadas por este gobierno, tender a la democratizaciĂłn de los medios de comunicaciĂłn; implementar la AsignaciĂłn Universal por hijo; construir centenares de escuelas o viviendas, aĂşn sin solucionar el importante dĂ©ficit existente; estatizar las AFJP e incorporar al universo jubilatorio a más de dos millones de personas; aumentar los niveles de empleo notablemente; promover la unidad de acciĂłn latinoamericana o entregar millones de netbooks a estudiantes de todo el paĂs; promover la igualdad de gĂ©nero, matrimonio igualitario o avanzar en la nacionalizaciĂłn de YPF o modificar la carta orgánica del Banco Central, en definitiva, si ser kirchnerista es eso, somos kirchneritas”.
“Ahora, si ser kirchnerista es acordar con todo lo expresado pero diciendo que sĂ a cualquier actitud que adopte el Gobierno; si ser kirchnerista es idolatrar a Cristina, rendir culto a la personalidad y aceptar mansamente sus decisiones, cualesquiera sean; si es plantear que todo está bien; que no hay nada para modificar; que el que no piensa asĂ no posee derecho a expresar su disenso; si ser kirchnerista es negar hechos graves sucedidos en nuestro paĂs durante estos años donde le caben importantes responsabilidades a funcionarios o legisladores oficialistas; si ser kirchnerista es repartir culpas hacia afuera; si ser kirchnerista es “descubrir” ahora que Moyano cazaba ‘MontonerosÂ’ en 1974 con la Juventud Sindical Peronista; si ser kirchnerista es “descubrir” a Daniel Scioli, sus caracterĂsticas, sus maneras y sus formas y su gobierno, reciĂ©n hoy; si ser kirchnerista es apoyar hoy a quienes hacen lo que otros hicieron de igual forma y fueron vituperados y agraviados por ello; si ser kirchnerista es pretender que nunca nos equivocamos; si ser kirchnerista es olvidarse del pasado de uno y hurgar en el de los demás, entonces, no somos kirchneristas”.
La tenĂan bastante clara. Muchos coincidĂan con sus puntos de vista. Los más duros ya los veĂan abandonando el barco o casi en la ultraderecha, pero ellos no pensaban asĂ. Y sabĂan que muchos ni “pensaban” siquiera y se iban, directamente, a la vereda contraria.
SeguĂan creyendo que, pese a las dificultades, este proceso podrĂa desembocar en mayor unidad de criterios y de acciĂłn. En construcciones colectivas claras, sin dobleces ni mentiras. Pensaban que podĂan aportar algo más para que ello fuera posible.
Claro, habĂa cosas que no lograban entender. Recordaban que nunca les habĂan explicado con claridad que era lo que significaban las retenciones al sector agropecuario. Nunca entendieron lo que era la “125” y vivieron sucesos “amargos” a partir del tratamiento inadecuado que se le dio al tema, al gran desconocimiento y al aprovechamiento de sectores vinculados a lo peor de la antidemocracia, en un momento difĂcil.
Pero sabĂan que el gobierno nacional se habĂa equivocado en algo, lo que fuere y que la sociedad se lo habĂa hecho notar cuando utilizĂł el Ăşnico instrumento que debe utilizarse para dar a conocer su opiniĂłn: las urnas. Claro, era una elecciĂłn legislativa pero de allĂ vinieron dos años complejos.
Y habĂan llegado a variadas conclusiones, en aquel momento y ahora mismo.
Una de ellas era que esas capas medias de la poblaciĂłn podĂan “mudar” de opciones polĂticas con bastante facilidad.
Cada vez exigĂan más. “Ahora protestan los que están incluĂdos en el sistema”, pensaban y no les faltaba razĂłn. No era el año 2000. No era el año 2001. Ahora pretendĂan la suba del mĂnimo no imponible que les permitiera no pagar el impuesto a los ingresos. Que es un impuesto progresivo, claro, el más progresivo de todos, pero discutible o analizable en su aplicaciĂłn y en sus alĂcuotas, con los parámetros actuales. “Ahora, la CGT protesta por los que ganan más y no por los que ganan menos”.
Todo eso pensaban, medio confundidos, ciertamente.
HabĂan leĂdo tantas tapas de diarios que preanunciaban catátrofes que nunca ocurrieron.
HabĂan escuchado muchas veces a Broda y a Melconián; a Redrado y a Prat Gay, fervorosos defensores del mĂnimo rol del Estado y activistas y militantes de su endeudamiento.
HabĂan escuchado a “Lilita” CarriĂł, a de Narváez y a Mauricio Macri.
Y tenĂan claro que por allĂ no vendrĂa ninguna soluciĂłn.
Del radicalismo y el peronismo, ambos en extinciĂłn, no querĂan saber nada más. Aunque algunos siguieran hablando de ellos como de la panacea y la luz.
Y seguĂan sin entender tantas cosas.
DifĂcilmente accederĂan a la entretela del poder y por ello era imposible saber, en realidad, quĂ© era lo que sucedĂa allĂ.
Y acudĂan a las “fuentes” del conocimiento mediático. Para saciar su aturdimiento.
LeĂan entonces ClarĂn y Página/12. Infobae y Tiempo Argentino. Lo que expresaban sobre los Ăşltimos acontecimientos. El pago del medio aguinaldo a los empleados pĂşblicos bonaerenses.
El vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto dijo o, al menos eso es lo que se publicĂł dĂas atrás, que “estaba asegurado el pago del sueldo y el medio aguinaldo”. Y ahora resulta que no. Que Lorenzino, que Scioli, que Mariotto, que Cristina, que en cuatro veces.
Y los paros de gremios estatales, allà cerquita, en la semana que se fue y en la que vendrá.
¡Ahh, claro!, dijo ella. “Quieren prender fuego la Provincia con Scioli y todo su gabinete incluĂdos…”
“O será una jugada de Scioli para que las culpas recaigan donde tantos medios dicen que debe recaer, en Cristina, que niega fondos”.
Nunca faltan las preguntas de mucha gente que acompaña al famoso personaje “Sentido Común” que, a la vez, viene interrogándose desde hace tiempo y aconsejando a quienes quieran escucharlo.
“¿Por qué el Gobierno nacional no liberó 2 mil millones de pesos más para descomprimir esta situación?”
No hay respuesta y persiste la confusiĂłn. Y si hay respuesta no es convincente, ya no por los argumentos sino por quienes son los que abren la boca.
O sĂ, hubo una respuesta del colega Horacio Verbitsky en Página/12 de ayer, domingo 8. Con muchas cifras y crĂticas hacia el Gobernador bonaerense a quien denomina "Hood Robin" (al parecer, por hacer lo contrario de lo que hacĂa Robin Hood). Profundo análisis de los rojos nĂşmeros provinciales y las "profundas" diferencias con el gobierno nacional. Y es el mismo Gobernador "testimonial" de 2009 y el reelegido en 2011, el mismo ex vicepresidente de NĂ©stor Kirchner y "elegido" por Ă©l para gobernar Buenos Aires. El mismo que viene haciendo "burradas" desde 2007 (de acuerdo a los nĂşmeros publicados ayer) y, pese a ello fue el "elegido" del "kirchnerismo" para gobernar Buenos Aires hasta 2015. ÂżEs el mismo o estamos hablando de personas distintas?
Claro, es lo que pregunta la gente.
Vale aclarar que es el mismo.
“¿Era necesario llevarse puestos a Moyano y a tantos otros, en éste o en aquel momento?”
No hay respuestas. Pero el sentido común indica que no puede haber análisis en blanco y negro mientras existan los grises.
Esto no es aĂşn un “modelo” aunque muchos hablen de Ă©l. El “modelo”, por ejemplo, gravarĂa la renta financiera o hubiera eliminado parcialmente o modificado el impuesto más regresivo que existe, el IVA. El “modelo” no acepta humanos por debajo de la lĂnea de pobreza extrema.
Este es el proyecto que se va construyendo; el de este hombre y esta mujer que, en el texto, pertenecen a las capas medias pero están acompañados por millones por arriba y por abajo.
Los excluidos y los incluidos del “proyecto”, no del “modelo”.
En 2003 no comenzó el “modelo” inclusivo pese a que hay impresos oficiales que lo certifican y aseguran.
En 2003 comenzĂł a esbozarse un proyecto nuevo. Que luego se denominĂł kirchnerismo.
Y allà están quienes fueron peronistas, socialistas, frepasistas, radicales o comunistas. Y ya no lo son, sencillamente, porque no existen peronistas, socialistas, frepasistas, radicales o comunistas.
Y no existen porque no hay quien sea capaz de explicar (de manera entendible) qué significa ser peronista, socialista, frepasista, radical o comunista. Y si los hay, debemos reconocer que son bastante incoherentes, incongruentes y cuentan con escasos fundamentos.
Por más que inventen consignas o sigan repitiendo lo que decĂa el General. No es muy difĂcil de entender pero mientras no lo entiendan, no habrá “modelo”.
Mientras no lo entiendan seguirán arrojando a la “basura” a muchos de los que rescataron años atrás.
Mientras no lo entiendan no habrá construcción posible.
Mientras no lo entiendan seguirán en el chiquitaje, la chicana y utilizando lo más vetusto de la polĂtica pretendiendo ser artĂfices de una nueva Argentina.
Esto no se profundiza buscando enemigos novedosos todos los dĂas sino identificándolos claramente.
Para saber, de un lado y del otro qué quiere cada cual. Los que estuvieron juntos hasta ayer y hoy se “matan”. Y no aclaran por qué se quieren “matar” o lo hacen bastante mal. De los dos lados. Moyanistas y no moyanistas. Sciolistas y kirchneristas y sabbatellistas y randazzistas y massistas y giustozzistas y cristinistas y todos los ‘istas’ que se le ocurran.
En esta semana pasada, la provincia de Buenos Aires se asemejó a lo que tanto vinieron anunciando desde el comienzo de esta nueva gestión del Frente para la Victoria, en la Nación y en este territorio bonaerense, gestión que tiene pocos meses. Ese prometido campo de batalla. ¿Para qué?
¿Para que ese hombre y esa mujer entiendan de qué se trata en realidad?
¿Y no se confundan a la hora del análisis?. ¿A la hora en que el sentido común y las urnas puedan expresarse nuevamente?
ÂżTiene alguien la respuesta?
Háganla saber antes de que muchos piensen que todavĂa pueden existir personas que subestiman polĂticamente y tratan de tomar por idiotas al resto de los seres humanos.
Y la mujer y el hombre pertenecen no sĂłlo a eso que algunos denominan clase media sino tambiĂ©n, quede claro, al grupo de aquellos que siguen creyendo en este incipiente proyecto de paĂsÂ… Con todos los problemas que existen y los que vendrán.
Y son muchos los que piensan asĂ, como para subestimarlos. Son muchos, demasiados, como para cargarles el adjetivo de “tibios”.
Son muchos, como para no analizar este momento que vivimos, profundamente, con prudencia y con coherencia.
Son muchos y no habrĂa que tirarlos por la borda.
Copyright © 2015 | La SĂntesis - El primer diario digital de Saladillo